¿Cuándo un software es educativo?
Esta pregunta puede tener una respuesta si tratamos de definir cuándo un libro es educativo o cuando un material determinado (dado en cualquier soporte específico) es educativo.
Seguramente todos coincidimos en que se trata de un material que brinda algún contenido por medio del cual podemos aprender algo, nos enseña algo, nos abre la mente, nos explica sobre un tema, nos lleva a relacionar nuestras ideas con las del autor y terminamos, mediante una construcción que involucra todos nuestros sentidos entendiendo lo que se nos quiere transmitir. Es entonces cuando estamos en condiciones de cuestionar o no lo visto e intentamos reelaborar nuestra propia teoría al respecto.
Si es así, varias cosas pueden resultar ser educativas… una película que trata de transmitir algún significado moral, algún valor, alguna historia de vida, puede constituirse en un elemento educativo válido que al ser traído al aula, con las indicaciones del docente, se convierte en un material apropiado para encarar el desarrollo de un determinado tema. No puede dejar de mencionar películas tales como John Cook, Into the Wild, Entre muros, etc. y hasta películas que tratan temas históricos como Alejandro Magno, Troya, Siete años en el Tibet, El último samurái, etc.
Ninguna de estas películas fueron creadas específicamente con fines educativos pero sí perfectamente pueden ser utilizadas para ello. Lo mismo ocurre entonces con un software y en particular con un blog. Es allí cuando podemos decir que el blog es educativo.
En otras palabras, que sea educativo o no, no depende intrínsecamente ni exclusivamente del objetivo inicial con el cual se ha creado el objeto sino del uso que se de del mismo. Así un simple procesador de texto puede llegar a tener una finalidad educativa.
Es decir, considero que la cualidad de educativo o no, no es inherente al objeto en sí, sino a la utilización que se le dá al mismo.
Claro está que existen recursos determinados en donde implícitamente están ya las estrategias didácticas, en ese caso no hay discusión.
Pero ahora que estamos hablando de una nueva forma de educación, en donde más existe un proceso de reflexión por parte del alumno que uno de transmisión por parte del docente, estos espacios donde no están definidas directrices dadas, parecen ser los que más se convierten en propicios.
Espacios abiertos, considerados en un momento como herramientas de autor, son los que permiten dar rienda suelta a la creatividad individual o colectiva y posibilitan la construcción de verdaderas redes de conocimiento.
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